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Libros, Tapas e Ilustraciones

El artista descubre que su interior es un espacio habitable: puede sembrarlo, ordenarlo, destruirlo o embellecerlo sin pedir permiso. No es solo una idea, sino su verdadero hogar, donde puede hacer todas las reformas que desee hasta convertirlo en un lugar bello para habitar, el cuál siempre debe limpiar,reservar el derecho de admisión, compartir. 

Al crear desde ese lugar profundo, su mundo interior se extiende hacia afuera: las obras son ventanas, y quien sabe mirar, ve. Lo que se ve afuera es apenas lo que salpica con su movimiento.

La vida del artista, con su tiempo y su andar, es su verdadera escultura, su libro escrito, su sinfonía. Esta es su verdadera obra.

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